¡Y a quién no le gusta los pasteles!
Pués ahora los peques de la casa tienen la ocasión de animarse a aprender la pastelería y de camino la cocina en general. Podemos pasar los mayores muy buenos momentos ayudados por ellos mientras elaboramos postres ricos. Se sentirán muy orgullosos de su labor y les ayudará a adquirir confianza y valor en sí mismos.
Y además, repito: ¡A quién no le gusta los pasteles! ¡Hummm!